La Banda Trapera del Río ha vuelto a la carga 25 años después de su último lanzamiento con “Quemando el Futuro”, un álbum que nos devuelve a una Trapera en plena forma. Morfi, Jordi, Raúl Pulido, Fosy y Bolo han sabido descolgarse contra todo pronóstico con un discazo redondo a la altura de su primer lanzamiento. Este trabajo servirá para volver a atrapar a los antiguos fans y para convencer a los nuevos traperos, pues se trata de un disco de buen punk rock acelerado, con letras inteligentes, y que no dejará indiferente a ningún oyente. En esta entrevista hablamos con el cantante Morfi Grei sobre la actualidad de este trabajo, la nueva encarnación de la Trapera, alguna anécdota del pasado y los planes más inmediatos de la banda.     


Vamos a hablar un poco de vuestros inicios, de lo que mamasteis musicalmente antes de grabar vuestro debut. Parece que hicisteis un disco punk sin saber muy bien qué era el punk. Se dice que no sabíais quienes eran los Sex Pistols ni The Clash, ¿es cierto? 

Sí, es cierto. Pero por un margen de un año. De todos modos, yo ya había tenido la oportunidad de escuchar a Lou Reed. Le vi por primera vez en Barcelona y aquello cambió mi vida. Recuerdo que justo por aquel entonces acababa de lanzar el mítico álbum Rock N´ Roll Animal. Verle sobre un escenario me inspiró tanto que decidí escribir canciones mucho más elaboradas y sociales, cargadas de poesía urbana.   

Se dijo que erais unos auténticos quinquis. ¿Hasta qué punto era cierto?

Era muy cierto. También existía algo de leyenda creada por nosotros mismos, como cuando le dijimos a un periodista que éramos atracadores y que habíamos estado en la cárcel. Eso era inventado, pero el resto era muy cierto, te lo aseguro. Éramos el fruto de nuestro entorno, vivíamos en un barrio obrero con bastante delincuencia juvenil que era fruto de la marginalidad a la que nos veíamos abocado en aquella época. Eso sí, nuestros padres y abuelos se levantaban a las cinco de la mañana para ir a trabajar, pero ni nosotros ni muchos chavales queríamos eso para nuestras vidas. Así que nos armamos con guitarras e iniciamos nuestro propio movimiento.    

Fueron tiempos jodidos y salvajes, pero, ¿qué echas de menos de aquella época? 

Sobre todo la inocencia. Cuando eres joven, puede que no seas consciente de estar haciendo historia mientras estás viviendo un momento clave en tu vida. En mi caso, fue mucho tiempo después cuando comencé a darme cuenta de que se había conseguido hacer historia con mis actos y mi arte. Había vivido momentos muy potentes e importantes a nivel musical, político y social. Comencé a darme cuenta de todo esto en las entrevistas o cuando algunos universitarios me pedían que les orientase en sus tesis doctorales sobre la Transición Española. Esto último me ha ocurrido en varias ocasiones.         

¿De dónde proviene el nombre de la banda? Siempre me ha parecido un nombre muy impactante, ¿cómo se os ocurrió?

Lo de La Banda viene de las bandas de bandoleros y quinquis de los años 70. Lo de Trapera no viene de la navaja trapera de los bandoleros no, nos lo pusimos porque en algunas ocasiones llegamos a sacar la ropa vieja de los contenedores de basura para probarnos cosas. Y del Río, pues del Río Llobregat. La verdad es que es un nombre un poco raro para una banda de punk rock. Si lo comparas con nombres como Eskroto y Cagando Blando suena un poco flojillo, suena a banda de folk rock.    

¿Cambiarías o enfocarías de otro modo alguna de vuestras primeras letras?

Sí, a veces escucho algunas canciones y pienso que podría cambiarles pequeñas cosas para actualizar su significado. Lo que más a rajatabla estoy haciendo es eliminar letras machistas. A día de hoy me chirrían temas como “Misógino” y “Nacido del Polvo de un Borracho y del Coño de una Puta”. Solo conservo “La Regla”, y la conservo porque me parece muy graciosa y sigue dando mucho juego en directo.

Ya que sacas esa canción en concreto, en vuestros primeros tiempos vuestra discográfica tuvo el valor de lanzarla como single. La crítica de la época alucinó y en algunos medios masivos de radio y televisión fue vetada de inmediato. ¿Crees que hoy alguien se atrevería a sacar un single así? 

En el fondo es una canción bastante inocente y además… feminista. Trata del antiguo miedo de las madres a que sus hijas se quedasen embarazadas. Ten en cuenta que fue escrita en una época en la que apenas se utilizaban los anticonceptivos. Por aquellos años era un horror y un estigma aquello que llamaban casarse por penalti o ser madre soltera. En el fondo es una canción muy inocente. Pero como somos un poco gilipollas, solo se nos ocurrió a nosotros lanzar “La Regla” como single promocional. Los medios de la época quedaron horrorizados y nos censuraron a tope en las emisoras y cadenas televisivas comerciales. Ahora queda como una odisea legendaria, pero en su momento nos dolió bastante. ¿A día de hoy? Pues creo que tampoco funcionaria. 

La verdad es que los tiempos actuales pueden llegar a confundir a cualquiera. ¿Qué opinas de la política actual? Nacionalismos, el resurgir del movimiento feminista, el auge de nuevos partidos, Vox…

Estamos teniendo un boom de los nacionalismos. Lo dicen algunos expertos y yo lo comparto. No sucede solo en España, si te fijas lo tenemos en auge a nivel mundial. Son las ansias de algunos individuos de creerse superiores, de culpar a los demás, de levantar barreras y decirle a los demás: “Yo soy más que vosotros”. Y si te fijas son nacionalismos que vuelven y vuelven a lo largo de la historia de la humanidad. Existe una frase que lo resume muy bien: “Los individuos que olviden su pasado se verán abocados y condenados a repetirlo”. Hace falta una buena revolución intelectual.

¿Qué miembros forman parte de La Banda Trapera del Río en la actualidad?

Tengo una banda fantástica formada por el guitarrista Raúl Pulido (hijo del fallecido batería y fantástico letrista Juan Raf Pulido), el batería Bolo Boliche de Subterranean Kids, el guitarrista Fosy (batería de Señor No) y el bajista Jordi Pujadas.

Tengo que reconocer que pensé que La Trapera no lanzaría un nuevo disco. Pero mira tú, justo en el año de regreso de La Polla Records y de la segunda juventud de Ilegales, os habéis descolgado con un trabajo a la altura de vuestra leyenda. ¿Os ha costado mucho atrapar el sonido y las letras de estos temazos?

Gracias por la crítica. Han surgido poco a poco y de manera espontánea, fluida y natural. Aunque te los encuentres en este álbum como material nuevo, son temas que tienen un año y medio aproximadamente. Su lanzamiento coincide con esta pequeña nueva revolución rockera que comentas, pero los teníamos en la recámara desde hace bastante tiempo.

¿Dónde y con quién se ha grabado el álbum “Quemando el Futuro”? 

Escuchamos los trabajos de varios productores de renombre actuales y al final nos decidimos por Xavi Escribano. Hemos grabado el álbum en el estudio que este tiene en Tarrasa. Nos convenció su excelente trabajo a la hora de elaborar las mezclas. 

¿Os apoya un sello discográfico o se trata de una autoedición?

Nos apoya Maldito Records. Creo que es uno de los últimos sellos importantes en esto del punk rock. Tienen en su catálogo a Soziedad Alkoholika, La Polla Records, etc. Además, el dueño del sello, Emilio, es súper fan de La Trapera. Así que estamos en muy buenas manos. Cuida mucho el tema digital, las redes sociales y Spotify. 

¿En qué o quién te inspiraste a la hora de escribir letras como “Condición de Traidor”, “El Rey de la Mugre” o “Loca de la Esquina”?

Todas estas letras comenzaron a surgir cuando volví a vivir en Cornellá de Llobregat. Durante años estuve retirado del mundo de la música viviendo una vida de clase alta en unos de los pueblos con la renta per cápita más alta de Cataluña. Me casé, tuve hijos, me hice empresario. Fue cuando me divorcié y volví al barrio cuando comenzó a surgir de nuevo la química. Me inspira la mugre y el asfalto… la verdad. 

En los temas “Con los Huesos Pelados” y Ataque Bipolar” te centras en el complicado mundo de las patologías psiquiátricas. ¿Por qué decidiste escribir sobre este tema? 

Escribí estos temas después de pasar por una crisis psicológica. Me hicieron un estudio y los especialistas descubrieron que padezco un trastorno bipolar. No he experimentado grandes depresiones, pero sí que he notado los picos de euforia característicos del trastorno bipolar. En alguna ocasión me he tirado una noche entera escribiendo letras de manera compulsiva y cosas similares. También estuve ingresado una temporada en un psiquiátrico y descubrí que no era tan terrible enfrentarse a este tipo de experiencias. Fue bastante divertido compartir testimonios y actividades con gente afectada con todo tipo de patologías psiquiátricas. Aquello parecía “Alguien Voló Sobre el Nido del Cuco”.  Ojo, se dice que muchos artistas padecen trastornos bipolares.       

En este trabajo, La Trapera también ha puesto su punto de mira sobre las élites y los políticos corruptos. En el tema “No Habrá Paz” describes tus sensaciones a la perfección. 

Esta letra la compuse en cinco minutos de reloj… literalmente. Solo tuve que revisar nuestra situación política actual y la de muchos otros países y lo tuve claro. Creo que el tema enlaza a la perfección con “Quemando el Futuro”, son temas en los que voy soltando palabras y breves descripciones sobre lo que ha sucedido, está sucediendo y lo que está por venir.  “No Habrá Paz” es una especie de advertencia para algunos gobernantes y su apatía.  Estamos viviendo tiempos realmente extraños, tiempos que nos pueden llegar a recordar al ascenso de Hitler y la Alemania Nazi. Pero a nivel global, es muy inquietante. ¿Cómo acabará todo? Pues no lo sé. Nadie vio venir la Guerra Civil Española y tuvimos que padecerla. Todo son bucles y a veces se repiten.       

¿Cómo crees que se ha tomado el público vuestra vuelta?

Pues el disco parece que se está vendiendo muy bien y nuestros primeros conciertos están arrancando de maravilla. Y eso que la gira todavía no ha comenzado en serio realmente. El tour de “Quemando el Futuro” pegará el pistoletazo de salida en serio durante el mes de octubre.    

Háblanos un poco de los cumpleaños punk de La Trapera.

Era una respuesta a cómo se encontraba la banda a nivel económico y comercial. En aquella época no conseguíamos actuaciones ni apoyo de radios y televisiones, así que decidimos continuar con el pulso dando que hablar con estas celebraciones. Invitábamos a la prensa normal y especializada a estos eventos para que se hablase de la banda y así dar un poco de bombo al proyecto. La verdad es que la prensa siempre estuvo ahí apoyándonos. En uno de los cumpleaños nos presentamos a la alcaldía de Cornellá y hasta elaboramos un programa político para la ocasión. En otro de los cumpleaños llegó a vestirnos Antonio Miró. Lógicamente la banda llegó a odiarme porque siempre daba orden de gastar todo el dinero en fiestas con la prensa en la que no faltaban las prostitutas, la cocaína y la ensaladilla rusa. Al cabo de los años esto ha tenido su importancia porque ha quedado como un fenómeno mítico.

¿Crees que se puede ser realmente punk en 2019?

Sí, por supuesto. Independientemente de toda la música comercial que podemos escuchar a día de hoy existe un nicho comercial que se llama punk rock y que está más vivo que nunca. Vosotros lo sabéis bien, pero yo sé más, estoy metido dentro y lo veo. Algunos pesimistas dicen que se ha terminado todo con el reguetón y el trap, pero para nada. 

Uno de vuestros mayores fetiches es la foto en la que aparecéis retratados con Lemmy de Motörhead sobre un escenario. ¿En qué evento fue sacada esa famosa fotografía?

Fue sacada mientras tratábamos de grabar una canción para un programa musical de la Televisión Española. Los realizadores pensaron que sería buena idea que La Trapera y Motörhead grabasen una versión del Johnny B. Goode pero la cosa se torció. Por aquel entonces le dábamos a la heroína y uno de nuestros camellos le pasó una dosis casi letal al batería Philthy Animal. Lógicamente este quedó KO, casi entra en sobredosis, así que Lemmy se pilló un rebote de la ostia. Al final fue Juan Raf Pulido quien ocupó el puesto de la batería, pero ni con esas salió bien. Comenzamos a tocar, pero los realizadores nos cortaron en más de tres ocasiones. Dijeron: “No podéis tocar de esa manera ni a ese volumen”. Al final Lemmy estampó su bajo contra uno de los amplificadores, llamó hijo de puta a todo el mundo, y se marchó de allí. Por eso solo existe una foto de la intentona fallida.         

¿Qué opinas del negocio musical en los tiempos que corren?

Han caído las ventas del cd y han aumentado un poquito las ventas del vinilo. Pero no es suficiente, así que el negocio está en las giras y en las ventas digitales. Nosotros tenemos nuestra parcela y nuestro sello y tampoco nos podemos quejar demasiado. El punk rock goza de muy buena salud en este momento. Siempre me gustó la frase: “Un artista vale las entradas que es capaz de vender”.      

¿Qué tipo de fans podemos encontrarnos a día de hoy en un concierto de La Banda Trapera del Río?

De todo tipo, tenemos fans rockeros, punkarras y hasta metaleros. En algunos has estado hasta tú ¿verdad? (risas)

¿Cuáles son vuestros planes más inmediatos?

Iremos actuando en las fechas que nos vaya indicando nuestro manager, casi todas en fin de semana, y entre semana llevaremos una vida muy normal. Los componentes de la banda a sus respectivos trabajos y yo a cuidarme mucho en el gimnasio y a leer, escribir y estudiar. Hay que cuidarse, respetar al público y amar la música.


DiabloRock

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