Ya le dedicamos un especial en 2017 cuando cumplió 65 años, la significativa edad de la jubilación, aunque fuese a finales del 2015 cuando se prejubilara de motus propio. Nos habíamos acostumbrado a decirle adiós, el titán de Ontario ya pasó por este trance hace 20 años, tras fallecer su única hija y su mujer en menos de un año. Pero ahora no nos deja por esa tendinitis crónica en sus brazos y problemas en los hombros, ni el cansancio de llevar más de 40 años de extensas giras, Neil Peart, considerado por muchos como el mejor batería de la historia del rock, falleció el pasado martes 7 de enero en Santa Monica, California. Padecía un un glioblastoma, el tipo más agresivo de tumor cerebral, desde hace tres años… y nosotros (ingenuos) soñando con una reunión de Rush, ya imposible.
Sus compañeros y amigos de Rush (Geddy Lee y Alex Lifeson) se morían de ganas de reactivar la banda, y también supieron morderse la lengua. Rush lo dejaron en su punto más álgido de popularidad y reconocimiento. Pero sin Peart no hay Rush, no existe otra posibilidad. Neil Peart era el batería favorito de tu batería favorito. El motorista fantasma de las baquetas, ningún otro exploró como él la técnica e imaginación a la batería.
Alguien que fue capaz de, con humildad, reinventarse en una de sus crisis existenciales a mediados de los 90s, bajo la tutela de un baterista de jazz que hizo de su Yoda. Siempre distinguido por su habilidad para cambiar de compás, la independencia motriz de sus miembros, la ejecución en patrones cruzados y ambidiestros, y su dominio tanto de tonos como de intensidad en los golpes. Aparte de tocar las baquetas al derecho y al revés. Por no hablar de su imprescindible labor como letrista del trío canadiense, gracias a que fue una persona cultivada y muy curiosa que ha dejado su impronta sobre ciencia ficción, mitología, filosofía o política.
Podríamos hablaros horas de sus hazañas, pero lo que nos inunda hoy es un catastrófico sentimiento de pérdida. Ya te echábamos de menos, pero esto es demasiado.
Gracias por todo Neil.