Decíamos ayer… Los hermanos Duplantier, o lo que es lo mismo: un compendio de géneros convertido en una entidad en sí misma. Eran mediados de 2017 cuando incluimos al cerebro y al alma de Gojira en nuestra lista de Los 200 artistas VIVOS más importantes del universo DiabloRock. Veníamos hablando de ellos desde que la banda editaba sus trabajos a través de su modesto sello galo, en aquellos tiempos remotos originarios de esta web. Hemos hablado DE ellos a propósito de decenas de conciertos y cada uno de los pasos discográficos que han dado, ya tocaba hablar CON ellos, con motivo de su esperado nuevo álbum, «Fortitude«, el cual se lanzará esta misma semana a través de Roadrunner Records. Mario Duplantier, batería de la banda de Bayona, nos atendió en videoconferencia hace escasos días para charlar de su nuevo y formidable trabajo.


Hemos devorado Fortitude, y nos parece un disco extravagante y adictivo. Nos esperan muchas escuchas para hacernos del todo con él, y no tenemos claro si es paso lógico tras «Magma» o un nuevo comienzo con todas las lecciones aprendidas… vemos ingredientes de vuestros inicios con nueva experimentación.

Sí, es cierto que tiene viejos elementos del pasado, nuestro núcleo musical es el death metal, hay canciones como Sphinx, Into the Storm, Grind, Born for One Thing… tiene esa vibración death metal, en realidad es lo que siempre fuimos, con un poco de melancolía, velocidad e ingredientes pegadizos. Pero en este trabajo también hay cosas nuevas, una nueva personalidad porque ya no somos las mismas personas que cuando empezamos y teníamos 20 años, así que quizá tenemos esa «madurez», por así llamarlo. Tenemos una nueva sensibilidad, un nuevo deseo de expresar el lado melódico de nuestra personalidad, de ahí que canciones como The Chant o The Trails o incluso Another World son el ejemplo de lo que queremos expresar en este momento de nuestras vidas. Nuestro objetivo ha sido encontrar ese balance entre la dureza y lo melódico, era una necesidad real para nosotros expresar ambos aspectos, como si se tratara de dos dimensiones.

Entiendo que grabar en vuestro propio estudio tiene sus ventajas, pero quizá puede volverse en contra el alargar en exceso el proceso, como le puede estar pasando a mucha gente con el teletrabajo, 24 horas los siete días a la semana ¿Fue así?

Nos cuadramos para no sentir esa presión, para evitar que algo así sucediera marcamos unas fechas en la agenda. En cuanto al confinamiento, no nos afectó ya que todo estaba escrito antes, incluso se grabó antes de la pandemia, en enero de 2020, el disco estaba planeado para publicarse el año pasado, pero ya sabes lo que pasó. La grabación fue similar a las anteriores en cuanto a que marcamos una serie de días para trabajar en el estudio sin distracciones. Lo hicimos de una sola vez, en una serie de días en los que despejamos la agenda para centrarnos. Fue un proceso de grabación clásico, lógicamente empecé yo con la batería, unos diez días estuve con ello yendo al grano, de un tiro. Bueno, casi. Normalmente me gusta cómo quedan las primeras tomas en lugar de tratar de grabar una y otra vez repitiendo hasta encontrar algo, la razón está en que suelo perder la energía muy pronto… necesito concentrarme mucho, así que me aplico mucho en la primera, segunda y quizá tercera toma. Una vez teníamos la base empezaron las sesiones con el resto de instrumentos. Es un proceso que nos va bien, y el hecho de que sea en los estudios Silver Cord (propiedad de su hermano Joe -ndr.) resulta en que el trabajo sea muy relajado, no sentimos presión y lo pasamos realmente bien.

Tu hermano Joe sentía la necesidad de introducir nuevos matices a su voz en los últimos discos, y creo que en este trabajo se le encuentra mucho más liberado en ese sentido.

Y como banda. Al final es querer crear las canciones que mejor se adapten a ser tocadas en vivo. Para ser honesto, y teniendo en cuenta que nuestras vidas son un 90% estando de gira, en la carretera, resultó que pasamos muy rápido de andar tocando en salas a tocar canciones death metal para 50.000 personas, unas audiencias enormes, que a veces desde el escenario parecen un mar de lodo, audiencias a las que tocas unas canciones que seguramente estén perdiendo algo por ese gran espacio, esa gran distancia. Luego ves a Iron Maiden o Metallica y toda esa gente corea y canta al unísono, y es cuando reparas y dices «Dios, ¡no tenemos estribillos!». Tenemos un 5% de nuestra vida como banda para componer y el resto para salir de gira, y es por lo que quieres crear las canciones que mejor se adapten a ese tipo de recintos y características.  Ese es el motivo por el que nuestra música ha cambiado, el deseo de comunicar con la gente de una manera más fácil de entender, que podamos abrir para Metallica y que nuestras canciones puedan resonar al 100% en este tipo de eventos. Mi respuesta es totalmente honesta, durante la creación de Fortitude no se me quitaba de la cabeza esa idea.

Un 90% del tiempo, es algo que imagino que afectará física y mentalmente…

Totalmente, cansancio físico y mental. Sales de gira y durante las tres primeras semanas estás bien, pero después de tres semanas puedo sentir claramente como mi cuerpo necesita descansar. Por ejemplo en la gira con Slipknot giramos por estados unidos durante siete semanas, y te puedo asegurar que después de cuarenta días no podía tirar de mi cuerpo, literalmente, fue muy muy doloroso para mí. Psicológicamente afecta dependiendo de la gira, a veces pasa que si es invierno se puede hacer muy duro, sin embargo en verano cambia mucho porque puedes hacer escapadas y salir afuera durante el día. La verdad que las giras de más de tres semanas en invierno para mí son muy duras, en ambos aspectos, físico y mental.

Algo que usas para despejar tu mente cuando estás de gira es la pintura, hasta personalizas tus parches de batería.

Tengo bastante inquietud con el dibujo, y al ser campos distintos.. ya sabes, la música es música y la pintura es pintura. Crecí en una familia con mucho estímulo artístico, mi madre siempre nos empujó a ser creativos, estimularnos a ser lo más creativos posibles. La pintura para mí es una válvula de escape, es algo que me relaja, me ayuda a expresar emociones, a veces me cuesta describir cómo me siento y la pintura me ayuda mucho a situarme como hombre en este mundo. No soy bueno encontrando las palabras adecuadas para explicar un concepto, para mí es más eficiente dibujar algo, a veces me ayuda a sentirme bien para sacar algo que soy incapaz de describir con palabras. Me gusta dibujar personajes pequeños en un gran fondo, grandes montañas o un gran océano, y para mí eso me dice más que cualquier palabra que trate de definirnos como lo que somos en este mundo y nuestra posición en el universo. Es algo natural en mí y difícil de explicar probablemente.

Imagino que estar dedicado a la música de esta manera hace que muchas veces quieras olvidarte del mundo musical.

Lo cierto es que a veces sí. Sin embargo Jean-Michel, nuestro bajista, sigue cada paso de todas y cada una de las bandas que salen en cada lugar del mundo. Yo estoy realmente hasta arriba, muy ocupado con la vida en familia, la promoción del álbum, etc, y suelo desconectar de la escena musical, pero la música es mi vida, y sí sigo con atención mis artistas preferidos y otras bandas francesas, como Déluge o Regardless.

Volviendo al nuevo disco, y atendiendo a su título, resulta curioso que Fortitude no es el tema «estrella» del disco, casi que podríamos decir que es la intro de «The Chant».

Seguramente sea porque nos encanta que no sea típico, es un tema muy corto, instrumental, pero nos encanta, así que nos dijimos ¿por qué no? La melodía de esta canción tiene un aura especial, algo emocional, muy espiritual, y es por eso que tratamos de buscarle un nombre adecuado, simple como su melodía pero con mucho significado, y pensamos que también encajaría muy bien como título del álbum. Fue algo de casualidad también, no lo debatimos demasiado.

Os encanta evitar lo típico, eso es algo muy Gojira, parece como si huir de los clichés fuese una especie de mandamiento en vuestra banda.

Sí, y es algo muy francés (risas). Eso es porque somos franceses, ya sabes, algo snobs, nos encanta criticar y analizarlo todo, y claro que tratamos de esquivar los clichés, ser diferentes y originales, es algo que está en el alma del francés, y la verdad es que a veces es algo que no me gusta nada, pero no puedo renegar de lo que soy y reconozco que es lo que hay, somos muy franceses (risas). Pero sí es cierto que desde el principio tratamos de hacer las cosas diferentes, las letras por ejemplo, y además al final resulta que si estás muy influenciado por las bandas americanas, como Morbid Angel, Metallica o Death… pues se notaría demasiado así que tratamos de esquivar lo previsible (serpentea con la mano -ndr.) y resultar diferentes. Siempre quisimos ser un poco experimentales y resultar interesantes con ciertas particularidades que siempre han ido unidas a nuestra banda.

Tú eres el encargado de los setlists de la banda, y aunque durante mucho tiempo iniciábais los conciertos con un tema que nos encanta «Ocean Planet», desde varios años atrás parece que ha desaparecido de vuestros repertorios…

La verdad es que no hay una razón especial, la tocamos en dos conciertos especiales que hicimos en Estados Unidos hace un par de años, pero es verdad que salió de los setlists, no por nada especial, ¡es que tenemos  muchas! Cada gira es diferente, es verdad que algunas canciones nunca desaparecen, como Backbone o The Heaviest Matter of the Universe, Vacuity… sabemos que son las que el público quiere escuchar. Ocean Planet me encanta, y ahora que lo pienso sí es cierto que el tempo es quizá algo lento, y eso algo que nos importa, si tocas Shooting Star no puedes tocar muy cerca Ocean Planet porque el ánimo sería comprometido. Mi responsabilidad es mantener una dinámica adecuada… pero vale, la traeremos de vuelta para ti (risas)

También recuerdo que hace años a un lado en tu batería tenías una gran chapa metálica de unos dos metros que tocabas a modo de gong, y hace años que no la llevas…

Tío, pues hay una historia detrás de eso… una pesadilla en realidad. Esa pieza metálica la encontramos mi hermano y yo hace muchísimos años, recuerdo que fue en 1997, la cogimos  en una zona abandonada de nuestro pueblo, en Francia, y la transformamos para usarla como percusión. Esa gran chapa la usamos durante años, sí, y era algo muy personal, se convirtió en algo muy necesario para mí, no lo usaba en todos los temas pero era importante para mí simplemente tenerla detrás mía, tenerla incluida en mi set de batería. Entorno a 2009 ocurrió que, en un concierto que hicimos en Francia, cuando el personal de gira tuvo que cargar todo mi equipo en nuestro camión de gira se olvidó de esta pieza… en plena calle. Nos montamos en el autobús nos echamos a dormir y no fue hasta el día siguiente que, cuando empezamos a preparar el siguiente concierto, nos dimos cuenta que lo habíamos perdido. Fue una puta pesadilla para mí, lloré como un niño por haberlo perdido. Intenté reemplazarlo por otro, localicé a un artista para que me hiciera una pieza similar, un tipo que me lo fabricó como si de una escultura se tratase, trató de replicarla pero el sonido era muy diferente, mucho menos eficiente, con menos resonancia… y además era demasiado pesada como para ir llevándola de un sitio a otro, así que decidí no llevarla de gira.

Una calamidad parecida a cuando se borró  la grabación de vuestro EP en colaboración con la ONG Sea Shepherd… ¿saldrá algún día?

Fue una lástima que no saliese en su día, a ver si ahora con la pandemia podemos hacer algo para acercarlo a que vea la luz. Queremos sacarlo, y puede ser muy chulo que podamos traer algo nuevo cuando en realidad lo que estaríamos haciendo es rescatar algo del pasado, sería algo que los viejos fans disfrutarían mucho porque son canciones muy old school, muy extremas y death metal… no todas pero especialmente una de ellas es muy salvaje. Fue muy penoso lo que pasó con este EP, luego teníamos la presión de la discográfica para que sacáramos un nuevo disco, luego la gira se alargó, después teníamos que sacar otro disco… es el ciclo adecuado para una banda y lo que se nos pide desde el sello, es complicado sacar ese EP pero es algo que queremos que vea la luz.

Se acaban de cumplir 20 años de Terra Incognita, ¿cómo lo ves en perspectiva?

Tengo un enorme respeto por ese disco, y te puedo decir que cuando lo escucho me reconozco perfectamente en ese momento, me veo como aquel adolescente y la motivación que teníamos. Teníamos fé y un deseo enorme de convertirnos en una gran banda. Me encanta ese disco y es por ello que tocamos algunas de sus canciones después de tanto tiempo. Somos otras personas, pero siempre fuimos el poso que nos queda tras toda la música que escuchamos. Supongo que no es difícil saber que nos gusta todo tipo de música, obviamente somos muy fans del metal, del progresivo… Tool, Pink Floyd, Mike Oldfield, pero también nos encanta la música étnica… y finalmente somos la digestión de todo eso. Tenemos nuestro sello, nuestros tricks, por ejemplo nuestras técnicas. Mi hermano ha desarrollado durante muchos un estilo muy particular, usando la guitarra como una herramienta, y me puedo encontrar y reidentificar como banda en cada uno de los discos que hemos sacado. Respeto todos los pasos que hemos dado en nuestra carrera, y por supuesto ese inicio.

Y al final, algo que nunca cambiará es vuestro logo…

Es nuestra firma, nos encanta, nos sentimos confortables con ese logo. Vemos representado nuestro mundo, nuestra familia, nuestra identidad.