Lo mejor de 2016 a juicio de: Txiki Kilmister

Explicar la presencia del mal en el mundo es una meta tan antigua como la propia humanidad. Todos somos capaces de nombrar seres monstruosos o espíritus que podríamos catalogar de maléficos, pero no existe otro especimen como Tixiki Kilmister para ser elevado a la categoría de encarnación del mal más puro. Os podéis imaginar la banda sonora que ha perseguido a este redactor durante 2016, y de todo eso ha tenido la gentileza de comentar sus preferencias. Busquen un crucifijo y agua bendita que lo que viene a continuación es pura blasfemia.

Top-Ten discos:

10. Gojira – Magma.

Pese a que la música de Gojira tiende a edulcorarse cada vez más, y este trabajo es una buena muestra de ello, no se puede dejar pasar la calidad de las composiciones del cuarteto vasco-frances, Magma es un disco maduro y variado y supone un peldaño más hacia el Olimpo del metal en el que Gojira ya han metido un pie.

9. Desaster – The Oath of an Iron Ritual.

Desaster nos han regalada en este 2016 un discazo que casa a la perfección el black metal con ese ramalazo thrash metal macarra que tanto nos gusta. Un disco poderoso y musculado diseñado para partirte el cuello.

8. Suicidal Tendencies – World Gone Mad.

Los reyes del crossover han vuelto por la puerta grande, el fichaje de Dave Lombarde a los tambores sin duda alguna ha revitalizado a la banda. Decía Mike Muir que este nuevo disco iba a suponer un regreso a las raíces de la mítica formación californiana y doy fe que aquí nos un trallazo de hardcore, punk y thrash metal en toda regla.

7. Megadeth – Dystopia.

Siendo sinceros, poco era ya lo que nos esperábamos de Mustaine y sus huestes tras sus dos anteriores entregas, pero el pelirrojo cambió a la mitad de su formación y ha dado con la tecla. Dystopia es un trabajo que suena a Megadeth por los cuatro costados, riffs marca de la casa, brillantes solos y estribillos pegadizos. Un álbum que ha vuelto a resucitar a Megadeth por enésima vez.

6. Moonsorrow – Jumalten Aika.

Jumalten Aika ha supuesto el regreso de Moonsorrow en todo su esplendor, un disco épico, trabajado y en el que la mezcla de pagan, folk y black metal es llevada a niveles absolutamente magistrales. Sin duda alguna la banda finesa ha grabado uno de los mejores álbumes de su ya de por si excelente discografía.

5. Asphyx – Incoming Death.

En un año triste para el death metal tras la disolución de Bolt Thrower, aquí llegan Asphyx para recordarnos que no hay nada como la vieja escuela y para reclamar su trono como verdaderos reyes y leyendas del death metal. Aquí hay todo lo que los amantes del género pueden pedirle a un disco, velocidad, partes pesadas, riffs memorables y voces desgarradoras. Una hostia a mano abierta!!

4. Rotting Christ – Rituals.

Rotting Chist siempre se han caracterizado por una evolución constante en su música y en este Rituals se atreven a dar un paso más en esa búsqueda de la perfección. Un disco que como bien indica su título esta compuesto por rituales y si lo escuchas como un todo, llega a ser una plena invocación al maligno.

3. Inquisition – Bloodshed Across The Empyrean…………

Si el año pasado fueron Mgla los que se llevaron el gato al agua en esto del black metal más ortodoxo, este año le toca a Inquisition llevarse el premio gordo, un disco demoledor, feroz pero con unos riffs de guitarra absolutamente hipnóticos y un descomunal trabajo en los tambores. Fiereza en estado puro.

2. Meshuggah – The Violent Sleep of Reason.

Que una banda con la trayectoria de Meshuggah siga reinventándose disco tras disco ya es de alabar pero que encima después de más de 25 años saquen un disco como este es para quitarse el sombrero directamente, un trabajo retorcido, complicado y brutal pero que te atrapa desde el principio.

1. Abbath – S/T.

Dicen las malas lenguas que este disco iba a ser prácticamente lo nuevo de Immortal y tras su salida de la banda Abbath decidió sacarlo bajo su propio nombre, sea como fuere aquí tenemos un trabajo épico y brutal apartes iguales, combinando a la perfección lo mejor de Immortal con lo mejor de la carrera en solitario de Abbath, un martillazo descomunal.