ESCRITO POR SUBTE.

Side one

  1. «Berlin» – 3:23
  2. «Lady Day» – 3:40
  3. «Men of Good Fortune» – 4:37
  4. «Caroline Says I» – 3:57
  5. «How Do You Think It Feels» – 3:42
  6. «Oh, Jim» – 5:13

Side two

  1. «Caroline Says II» – 4:10
  2. «The Kids» – 7:55
  3. «The Bed» – 5:51
  4. «Sad Song» – 6:55

Producido por : Bob Ezrin


Lou Reed nunca ha sido una persona fácil ni previsible, buena muestra es su último disco Lulu con Metallica de inesperada banda de acompañamiento. Para muchos un disco extraño y difícil, como el propio personaje, acostumbrado a pegar cortes de manga a la industria y al público, al que nunca le ha puesto las cosas fáciles en ocasiones, como en el célebre Metal Machine Music. Personaje extremo en los 70 y letrista excepcional, seguramente fue en Berlín donde mejor plasmó algunos de sus demonios personales, en una de esas obras maestras indiscutibles de la historia del rock.

Berlin no es un disco normal, y aunque ya naciera con esa vocación, ni Reed ni el productor Bob Ezrin eran conscientes del lugar al que les llevaría. Acabó siendo uno de los trabajos más brutales y desgarradores del rock, y uno de los discos malditos definitivos.

El año anterior Reed entregó Transformer, un gran éxito glam-rock gracias entre otras a Walk on the wild side. Pero para la continuación de éste decide cambiar de registro y crear algo más ambicioso, contando para ello con el joven productor Bob Ezrin, quien disfrutaba del éxito de sus trabajos para el Alice Cooper Group.

Ezrin queda encantado con las canciones que le muestra Reed y le empuja a crear un disco que sea en sí mismo una historia, naciendo así Berlin, la trágica historia de Caroline y Jim.

Hay dos formas de ver Berlin, desde fuera como una película que narra los hechos, o como la biografía de Reed en esos días.

Caroline y Jim son dos norteamericanos afincados en Berlín, allí transcurre la historia de celos, violencia y drogas entre ellos. Un yonqui él, una ninfómana ella, del amor a la destrucción, el desprecio de ella hacia su virilidad, el subidón del chute, la retirada de la custodia de sus hijos y el suicidio.

En esos días Reed estaba viviendo el divorcio de su matrimonio junto a episodios de maltrato y drogas, y aunque él lo niegue, no es difícil ver que proyectó algo de su vida en el disco.

Podría parecer que por la temática el resultado fuera un disco lento o melancólico, pero nada más lejos de la realidad. Reed siempre ha sido un excelente compositor rock, y aquí estaba sembrado. Junto a Ezrin crea un disco de rock, glam eléctrico, cabaret europeo, ramalazos soul,…y la inestimable colaboración de Jack Bruce al bajo, Steve Winwood, gente de los Heartbreakers y Steve Hunter, fiero guitarrista de la escuela de Detroit. La producción de Ezrin es soberbia, densa y con inmejorables arreglos de cuerda y viento.

Sin nada que envidiar al mejor Bowie o al Alice Cooper Group más inspirado.

Empieza el disco con Berlin, la canción, y es Jim quien narrará la historia. Voces ebrias y distorsionadas, sonido de vasos y un patético Happy Birthday recordando tiempos mejores, antes de que nada ocurriera. La voz de Reed es tristísima y dulce a la vez, ¿estaría pensando en los buenos momentos que vivió con su mujer?

Entra la heroína en escena, y en Caroline Says I las humillaciones de Caroline hacia Jim, a quien se le pone tiesa sólo si está drogado, y unos coros dignos del mejor Ziggy.

Caroline dice que quiere un hombre, no un chaval…”

How do you think it feels, mono de drogas, y una vez conseguidas subidón subidooooón. La electricidad desbocada de Hunter, trompetas y saxos, todo vale…Grande!, pero todo lo que sube baja…

Y la segunda cara de Berlin es el bajón mayúsculo. Las canciones que Reed compuso para completar el disco en una noche amorrado a la botella.

Caroline Says II: “Caroline dice, mientras se levanta del suelo ¿por qué me golpeas?, ya no es divertido, puedes pegarme todo lo que quieras, porque ya no te amo.” ¿Era real eso?

The Kids: Los asistentes sociales les quitan la custodia de los hijos debido a la promiscuidad de ella, las drogas y el caos de sus vidas, se enumeran sus amantes, un General negro, una amiga francesa,…Si la canción ya es sórdida y triste, cuando aparecen los gritos y lloros de los niños a uno le entran ganas de quitar el disco, esto es demasiado.

The Bed: Jim observa la cama donde solían dormir, donde aún queda sangre en las sábanas después de que ella se cortara las venas.

Sad song, el título adecuado para cerrar uno de los álbumes más malrollistas que se hayan hecho.

Una vez en la calle el disco fue vapuleado sin piedad, demasiado cruel, amoral y real, demasiado sórdido. La crítica se cebó con Reed, al que acusaban de relatar casi con frialdad hechos nada agradables. Pero un gran disco, al igual que una gran película o un gran libro, no tienen porqué ser bonitos.

Tras la experiencia, Ezrin acabó en una clínica por agotamiento y depresión, Reed enganchadísimo a las drogas y divorciado, se metieron demasiado en la historia.

Y si bien en su momento no fue apreciado, el tiempo les dio la razón, siendo un disco clave en la carrera de muchos grupos venideros quienes lo apreciaron como la obra maestra que es.

No es un disco agradable ni bonito, pero perderse de vez en cuando en lo que suena aquí, es un viaje necesario. Al fin y al cabo, todos lo pasamos mal de vez en cuando…


 

Escrito por Subte