«Kvelertak es una palabra noruega que significa algo así como sometimiento, dominio completo, poder absoluto”.


Muchos despistados acudirán a la próxima gira de Metallica por España dentro de su Hardwired World Tour sin saber que su banda invitada es una de las formaciones más calientes del planeta. James Hetfield tiene un gusto y un ojo tremendos, por algo quiere a los noruegos a su lado.

En Diablorock llevamos años disfrutando de sus discos y de sus impresionantes directos, y nos parecía una buena oportunidad el detenernos un poco a recapitular diversa información de la banda, para que los que no los conozcan puedan acercarse a ellos facilmente, y para que los que los conocen y disfrutan puedan descubrir algunas curiosidades.

Kvelertak se formaron en 2007 en la ciudad de Stavanger , Noruega. Desde sus inicios contaron con una curiosa alineación de tres guitarristas, compuestos por el vocalista Erlend Hjelvik, el bajista Marvin Nygaard, el batería Kjetil Gjermundrød y los tres axemen: Vidar Landa, Bjarte Lund Rolland y Maciek Ofstad. Hasta la fecha han mantenido su formación original y han publicado tres discos de estudio. Los inicios de Kvelertak fueron como banda local de heavy metal. La banda dijo:

Comenzamos en nuestro mierdoso sótano en 2006, la vieja historia de un grupo de amigos que más o menos saben tocar instrumentos, comenzando con algunos temas, y tocando durante horas tan solo por el placer de hacerlo. Lo cierto es que invertimos muchísimo tiempo practicando, escribiendo canciones, sufriendo algunos cambios de formación, y haciendo todos los conciertos que podíamos, intentando llamar la atención, hasta que finalmente nos convertimos en una banda real.

Compusieron y produjeron su propio material debut, al cual llamaron como a la banda, Kvelertak, publicado el 21 de junio de 2010 por el sello Indie Recordings. Su álbum debut fue un soplo de aire fresco al panorama, obtuvo disco de oro en Noruega (el mismísimo Dave Grohl participó en la ceremonia de entrega) y atrajo la atención de todo tipo de fans y prensa especializada, que veían en su enérgica propuesta una nueva fórmula a caballo entre el black metal, el punk y el rock and roll. Una de las particularidades de la banda es que canten en noruego. La banda dijo:

Nunca tuvimos la intención de ser conocidos fuera de Noruega cuando comenzamos. En los tiempos en los que todo empezó a funcionar, sentí que el hecho de cantar en nuestra lengua era una parte importante de como sonábamos, y es por ello que mantendremos esa misma filosofía. El noruego suena bastante más áspero que el inglés, a la que considero una lengua de sonido bastante más suave. Además creo que ya existen bastantes bandas cantando en inglés.

Recuerdo el modo en que me noquearon la primera vez que los descubrí, no podía parar de escuchar su furioso debut, era complicado escuchar tan variadas fuentes de inspiración (Death/Black/Punk/Hardcore y Hard Rock…) y no parecer un refrito; sin embargo estos niñatos lo conseguían con una soltura descarada. Nuestro redactor Carlos Kashmir lo describe así:

Imposible olvidar cómo descubrí a estos mitológicos y descerebrados vikingos. Fue con su debut recién sacado del horno y con el videoclip del primer single, “Mjød”: inicio high-energy rock escandinavo, camisetas de Mötorhead, chavalería desatada con la banda tras una reja, y de repente cambia el tono del tema,.. oscuridad, un árbol con ahorcados y el cantante escupiendo a lo blacker, violencia, blast beats,.. ¿qué demonios era esto? ¿Unos Hellacopters blackmetalizados? Vale, el propio Nick Andersson ya lo hizo con Entombed casi 20 años antes, inventando el death n’roll. Pero en Kvelertak encontramos más macarrismo vía black y punk, y lo que les ha hecho aún más especiales en los últimos tiempos, más clasicismo rockero sin olvidar esa energía black punk n’roll. El segundo impacto viene de la mano de sus bellas portadas, obras (los dos primeros discos) de John Baizley de Baroness. Siguiente escalón, verlos en un certamen de premios de la música noruega, los Spellemannprisen, presentando “Evig Vandrar” elegantemente trajeados, portando acústicas y eléctricas, en una performance impecable con una realización televisiva de mucha pompa, y colegas de profesión y público ovacionándolos… es Noruega, es otro mundo. La próxima flecha fue “Braune Brenn” y su videoclip (efectivamente, cuidan mucho este aspecto) con los niños, tremendamente adictivo y entrañable, aparición estelar de la “mascota” de la banda incluída, el majestuoso búho.

La banda trataba de explicar en sus inicios la variedad de su propuesta, su vocalista dijo en una de sus primeras entrevistas:

Si te soy sincero me deja muy mal sabor de boca el hecho de que se etiquete a según que bandas como Black & Roll, pues de hecho no se acercan a dicha definición. En nuestro caso, te aseguro que los elementos en nuestra música van mucho más allá que el Black Metal y el Rock.

Tenían los condimentos de una receta que pudiera agradar a cualquier fan de la música con un par, tenían además una imagen muy atractiva, el frontman salía al escenario con una curiosa máscara-buho, y su disco tenía una bella portada realizada por John Baizley (Baroness), con quien contaron gracias a la siguiente anécdota:

Lo curioso es que fue John el que consiguió una demo de manos de su tour manager, que a su vez debió conseguirla de alguien de nuestro equipo, y le gustó tanto que nos envió un mail y se ofreció a hacernos nuestro artwork. Fue tan fácil decir que sí. La portada tiene muchísimo de lo que expresamos, John nos escribió un mail de dos páginas donde nos explicaba con todo lujo de detalles el significado de cada uno de los elementos en el dibujo, la chica de los pechos con cabeza de calavera está relacionada con el tema Fossegrim.

La cuestión es que se convirtieron en una banda de culto al instante. En 2011, fueron merecedores de dos premios como mejor artista revelación y mejor banda de rock en el evento “Spellemann”, en Noruega. 

El bloqueo mental con la banda es tal, que es inimaginable la posibilidad de explicar con exactitud las emociones que llegan a recorrer tu cuerpo cuando suenan temas como “Ulvetid” o “Utrydd dei Svake”, algo así como el orgasmo más ecléctico que el humano pueda llegar a experimentar.

Palabras de nuestro redactor Manuel J. González. Poco tiempo pasó y estos cabrones no soltaron el pie del acelerador y siguieron con su peculiar sonido en su segundo disco, Meir (2013), publicado a través de Sony Music. En su segundo trabajo hacían rodar de nuevo la rueda a hostia limpia, sin estar sujetos a regla alguna excepto el desparrame. “Meir” era un disco que complementaba perfectamente su debut, con el mismo gancho y redondeando ese punto molón ya característico de Kvelertak. En Mayo de 2013 se produjo un hecho sin precedentes, la banda estaba tocando en EEUU y tuvieron varios invitados especiales en su concierto en San Francisco. El príncipe Haakon Magnus de Noruega y su esposa, la princesa Mette-Marit Tjessem Høiby, asistieron al concierto que los noruegos dieron en la sala Slims, y no sólo eso, entre el público también se encontraba James Hetfield, líder de Metallica, y Robb Flynn, líder de Machine Head, fans declarados de la banda. Flynn comentó luego en Instagram: “Yo y Hetfield hicimos headbang al unísono sin parar”.

Por encima de curiosidades, definitivamente demostraron ser el eslabón perdido entre el Death/Black de la primera escena escandinava y el Rock de garaje, o de guitarra “en toda la cara”. Con una genial producción de Kurt Ballou, Meir empezaba a vislumbrar nuevos caminos en la banda, en temas que se alargaban de manera brillante con puentes instrumentales algo más luminosos, algo que en el tercer disco termina de ir más allá.

Era el momento de descubrir cómo eran capaces de llevar su sonido al directo, y en esta casa lo descubrimos en el impresionante Hellfest 2014, en Clisson, Francia, donde la banda realizó un concierto soberbio que contamos de este modo:

Fueron el broche de oro perfecto para acabar el día (putada perderse a Slayer para ello), cerraron el escenario Warzone, que estaba hasta arriba, y los noruegos no decepcionaron en absoluto. Salieron con todo y con esos temazos allí era imposible no menear el pescuezo y levantar el puño, tan potentes y enérgicos como muestran en estudio, de lo mejor del día y de todo el  festival.

Hemos visto a la banda unas cuantas veces después y lo cierto es que no fallan. Es increíble la cantidad de juego que le sacan a las tres guitarras siendo una banda tan ruidosa, la actitud de la banda sobre el escenario es siempre la de dejarse hasta la última gota, su vocalista Erlend lo describe así:

Es difícil de explicar, sobre el escenario nos entregamos a ese modo primitivo y lleno de adrenalina, alimentándonos directamente de nuestra audiencia. Creo que hemos hecho suficientes shows, y la mayoría han acabado convertidos en esa especie de raro ballet (Risas). Me rompí las costillas una vez al caer del escenario.

La banda finalmente publicó en 2016 su último disco hasta la fecha, Nattesferd (Roadrunner), que dividió a parte de sus fans por incorporar una mayor inclinación hacia las melodías y el rock clásico. Para nosotros significó un paso inteligente en la banda, además de que consideramos Nattesferd como una auténtica obra maestra. Así lo describimos en su día:

“Nattesferd” (que significa viajero nocturno) es un claro paso evolutivo en la banda. Evolución, una palabra despreciable para muchos. Kvelertak en este disco conservan lo mejor de su ADN pero tomando unas claras nuevas referencias en su música. Si el black metal primigenio aparecía con alfileres en su anterior “Meir”, en “Nattesferd” está casi desaparecido. El espíritu punk o crust ha sido en gran medida reemplazado y ennoblecido por los pilares del rock clásico. No hablamos de un abandono caprichoso, es consecuencia de la necesidad de habilitar el espacio necesario para poder desarrollar un nuevo y ambicioso estilo mucho más luminoso. Un sonido donde Lemmy no está tan presente, pero donde Kiss, Iommy, Boston, Van Halen o Cheap Trick han cogido sitio. Todo eso conservando la mirada del tigre, la voz rasposa y sus tres vibrantes y características guitarras.

Jaque mate. La banda volvió a aparecer triunfal en innumerables festivales de toda Europa, vendiendo discos por todo el mundo y siendo incluidos como acompañantes de lujo de grandes bandas, como Metallica, que siempre que pueden los invitan a sus giras. La última visita a nuestro país fue el pasado año en Download Festival Madrid, que os contamos de la siguiente manera:

Tenía ganas de volver a levantar el puño y hacer el cabra con Kvelertak, ¡y bien que pude hacerlo! Tras partirme de risa en el foso de fotógrafos del que algunos compañeros de prensa salieron por patas al ver cómo Erlend Hjelvik (vocalista) escupía sin parar, me hice acopio de cerveza tamaño ganador y busqué a mi cuadrilla para hacer el ganso con los temazos de esta excepcional banda, tan infalible en directo como siempre. Una actuación soberbia, los riffs de los noruegos eran más fuertes que el propio viento y ganaron la batalla. Tanto sus primeros temas como los últimos funcionaban a la perfección, de hecho es que los vería todos los domingos.


Pronto estarán en nuestro país, tanto en salas como cabezas de cartel como en los grandes recintos reservados para la gira de Metallica. Si el sonido les acompaña teloneando a Hetfield y compañía, os puedo asegurar que veréis a una banda muy carismática, anárquica y entregada, llenando el mastodóntico y central escenario con toneladas de actitud, convertirán los pabellones en una auténtica fiesta vikinga, y abrirán la caja de los truenos arrasando con todo. Nosotros no nos los perderemos ni de un modo ni de otro… ¿y tú?



Relacionado:

Kvelertak harán tres fechas más en febrero: Sevilla, Valencia y Bilbao