Por Jaime Taboada.
Anteriormente habíamos hablado de la fase embrionaria de Whitesnake (Whitesnake – Parte 1: 1977-1978. El nacimiento de la serpiente ), la génesis de lo que posteriormente sería la Serpiente Blanca en todo su esplendor. Nuestro relato se había interrumpido tras la edición del EP Snakebite, que tras dos discos en solitario de David Coverdale significaba de alguna manera el pistoletazo de salida de la carrera de la banda como tal, sin limitarse a David como artista en solitario con una banda de acompañamiento. Se podría decir que hasta mediados de 1978, Coverdale había atravesado una especie de fase de tanteo, perfilando un sonido y una formación con la que se sintiera cómodo al 100%, que le permitiera desarrollar el sonido que tenía en mente. Y tras Snakebite lo tuvo claro. El formato sexteto, con dos guitarristas, bajista, batería y teclista cubriéndole las espaldas, sería el que permanecería durante los años venideros. El formato le permitió que la mezcla de blues, boogie y hard rock se materializara a la perfección en discos como el que pronto se publicaría únicamente bajo el nombre de Whitesnake. Hablo del fantástico Trouble, por supuesto.
Pero un buen cesto no solo se logra ensamblando los mimbres correctamente; también hay que tener en cuenta la calidad de éstos. Y en el caso de la Serpiente, el ejemplo se da con la incorporación de un viejo amigo de David al seno del grupo. Se trataba, nada más y nada menos que de Jon Lord, el legendario teclista de Deep Purple que volvía a reencontrarse con su colega tras un par de años en los que sus carreras habían tomado diferentes caminos. Con Lord definitivamente incorporado a la formación, la banda entró en los Central Recorders Studios londinenses en verano de 1978 para grabar lo que mucha gente considera propiamente el debut de Whitesnake (sin mención alguna del nombre de David Coverdale en portada). Hay un cierto debate entre los que consideran que el debut propiamente dicho es el EP Snakebite y los que consideran que es Trouble. Tal como ya había comentado, el primero apareció originalmente bajo el nombre de David Coverdale´s Whitesnake (aunque en posteriores reediciones ya no figuraba el nombre del frontman) y el segundo ya únicamente bajo el nombre de la banda. No deja de ser para mi algo irrelevante, pero que aún a veces, es un asunto objeto de discusión. Fuese como fuese, un par de meses después de terminar la grabación el disco salió publicado bajo el título de Trouble, y a partir de ese momento el nombre de Whitesnake estaría muy presente para cualquier fan del rock´n´roll de la vieja escuela.
Para promocionar el álbum se escogió Lie Down (A Modern Love Song), compuesto a medias por Coverdale y Micky Moody, un gran tema que podrían haber firmado los Status Quo de los buenos tiempos. Muy representativo de lo que iba a ser a partir de aquel momento el sonido del grupo. Sonido cuya clave radicaba, en mi opinión en la pareja Micky Moody/Bernie Marsden a las guitarras sumados al carisma y al talento de David. Los dos guitarristas se compenetraban a las mil maravillas y tenían una clase y una finura tocando extraordinaria. No eran los mas rápidos, ni los que tocaban a mayor volúmen, ni los mas espectaculares ni los que tenían mejor imagen. Pero, parafreaseando a Kerouack en On The Road, «lo tenían». Sabían mejor que nadie que muchas veces menos es más, y le daban a las canciones simple y llanamente lo que necesitaban. No trataban de llenar todo de riffs y solos, sino reforzarlas y hacer que además de rock, tuvieran roll. Y creo que podemos dar fe de que lo consiguieron. El disco, además de Lie Down, constaba de otras nueve canciones. Ocho originales y una versión del Daytripper de The Beatles. Boogie rock en temas como el inicial Take Me With You, Lie Down, la magnífica instrumental Belgian Tom´s Hat Trick o el brillante cierre de Don´t Mess With Me. Entre lo mas destacable del disco, sin embargo, están dos robustos medios tiempos mas blues como son Love to Keep You Warm y la canción que daba título al disco. En ambas, Coverdale hace gala de ese carisma especial que tenía para ese tipo de canciones, con ese tono grave suyo tan característico. Otra gran canción es Free Flight que presenta la particularidad, además, de ser cantada por Bernie Marsden. Time Is Right For Love es otra gran canción aunque quizás la influencia de Thin Lizzy es demasiado evidente, eso sí. Con partes de twin guitar incluídas, peca de ser un calco demasiado descarado del sonido de Lynott y los suyos, en la cima de su carrera por aquel entonces. El disco se completaba con Nighthawk (Vampire Blues), con reminiscencias Purple y la mencionada versión del Daytripper, que es quizás lo menos resaltable del álbum, a pesar de ser brillante y de que la banda consigue llevarla a su terreno. La grabación y mezclas se realizaron en diez días y con eso Martin Birch consiguió que Trouble sonara potente, pero a la vez con crudeza y sin pulir mas de la cuenta. Y por supuesto, gran parte de la letras de las canciones, trataban de sexo, temática fundamental del grupo y en torno a la cual Coverdale modeló su imagen y poses en escena.
El disco tuvo una buena acogida, sobre todo en Gran Bretaña, donde sus conciertos conseguían ya reunir a un buen número de espectadores. El grupo, satisfecho con sus directos, grabó su concierto de Londres del 23 de noviembre de 1978 y publicó un disco en directo titulado Live at Hammersmith, que se publicó solamente en Japón, como intento de David de tratar de conquistar el mercado nipón. En el disco, además de canciones de la banda se incluían dos temas de Deep Purple, Might Just Take Your Life y Mistreated. Posteriormente, este disco se incluiría dentro del doble Live…In The Heart Of The City, del cual hablaremos de más adelante. En el año 2006 el disco se reeditó en formato CD, y se le añadieron las cuatro canciones de Snakebite.
Sin descanso y aprovechando la inspiración, la formación volvió a meterse en el estudio en mayo de 1979, de nuevo con Martin Birch a los mandos. La prueba de fuego para el grupo era comprobar si Trouble tendría una continuidad a la altura o si, por el contrario, la banda no tenía ya nada que aportar. Cuando Lovehunter se publicó, en otoño de 1979, se despejaron todas las dudas que pudieran haber surgido. Whitesnake continuaba explorando y explotando la temática sexual. Y ya no se limitaban a las letras. En este caso, el explícito título y la portada ya no dejaban lugar a duda alguna. Coverdale y compañía estaban salidos y lo dejaban bien claro.
La portada, dibujada por el artista Chris Achilleos, levantó cierta polvareda al mostrar una mujer desnuda a horcajadas sobre una lasciva serpiente. De haberse publicado este año, posiblemente hubieran surgido todo tipo de polémicas, pero en 1979, mas allá de que hubo quien la consideraba una garrulada digna de algún grupo de heavy metal casposo, no levantó tanta polvareda. Eran otros tiempos y había otra percepción de este tipo de portadas. Pero mas allá del continente, mejor es centrarse en el contenido. Y ya desde las primeras notas de Long Way From Home, vemos la banda no había perdido su “mojo”. Lord ya estaba plenamente integrado y acoplado y el trío Coverdale/Moody/Marsden seguía funcionando a pleno rendimiento en lo que respecta a la composición. Nueve canciones propias y una versión de Leon Russell daban forma a un disco que aportaría varios clásicos del repertorio de la serpiente como eran el tema que titulaba el disco o ese gran Walking In The Shadows Of the Blues. Long Way From Home había sido elegido como primer single y era una canción dominada sobre todo por un soberbio trabajo de Coverdale y los teclados de Lord. Help Me Thro´The Day es otro tema lento en los que el vocalista hacía un excelente trabajo.
El disco era menos rockero en general que Trouble, pero no por ello se dejaban de escuchar las guitarras ni se podía considerar blando o popero. Ahí estaban canciones como Medicine Man, You and Me o ese gran Rock´n´Roll Women, himno de sábado noche por excelencia. Cerraba el disco una balada corta (algo menos de dos minutos), We Wish You Well, que durante años, sonaría justo al finalizar los conciertos de la Serpiente. Lovehunter fue un disco que quizás en su momento sorprendió ya que se apartaba definitivamente del hard rock y hacía que la banda entroncara con el rhythm and blues, Humble Pie o Frankie Miller y se apartara del legado Purple y del hard rock o el incipiente heavy metal. De todos modos, a pesar de todo, el nivel de popularidad del grupo seguía intacto, sobre todo en Gran Bretaña y en Europa. Japón y Estados Unidos aún se resistía sin embargo. Como era costumbre, Martin Birch se compenetró a la perfección con la banda y su producción volvió a ser un acierto. Sin mas arreglos de los necesarios, consiguió que volviera a ser un sonido poco retocado, muy natural y que se podía trasladar al directo sin ningún tipo de problemas al no depender de orquestaciones ni efectos de estudio. Aunque no podamos hablar de un super éxito, Lovehunter obtuvo unas ventas estimables, mayores que su antecesor. Y es uno de esos discos que con el paso de los años se ha seguido vendiendo, siendo reeditado en varias ocasiones. La reedición de 2006, añadía cuatro temas extras, grabados en una sesión para la BBC en 1978.
Y el cambio de década, trajo novedades. 1979 fue el momento de la incorporación a Whitesnake de Ian Paice, que sustituiría en la batería a David Dowle. Con Paice manejando las baquetas, ya eran tres ex Purple los que militaban en la formación. Además, la banda ocupa puestos importantes en el Festival de Reading en verano de ese año. Su crecimiento, paso a paso, es imparable. Y así, a finales de 1979, volvían a los estudios para tratar de dar el definitivo golpe de mano y saltar al estrellato. Volvían a confiar para ello en Martin Birch, que se convertía en una especie de séptimo miembro del grupo gracias a su buen hacer. El resultado de dos meses de trabajo es Ready an´ Willing. Un disco que solo admite un calificativo, soberbio. Casi diría que perfecto. Y si no llega a la perfección, la roza, desde luego. La pareja Moody/Marsden seguía siendo un lujo. Y la sección rítmica, con la incorporación de Paice, había salido claramente reforzada. Lord, al igual que en los tiempos de Purple, volvía a ser el amo y señor de las teclas. La verdad es que con semejantes musicazos, hasta un servidor podría berrear cual gorrino en una matanza que seguiría sonando bien.
Además, por primera vez, se podía hablar de éxito comercial rotundo. El single Fool For Your Loving alcanzó puestos altos en las listas británicas, llegando el álbum al Top 10. Y por fin entraban tambien en las listas de ventas de Estados Unidos, anhelo personal de un Coverdale que no cejaría nunca en el empeño hasta lograr el éxito masivo en USA. Hoy nos parece extraño hablar de Top 10 y listas de ventas, pero en 1980, eran la referencia para medir el éxito comercial de cualquier disco. El disco se abría con la mencionada Fool For Your Loving, un temazo melódico en el que David se lucía y continuaba con la canción que daba título al trabajo, muy blues rockera. La siguiente en el listado era Sweet Talker, un rock´n´roll frenético. Tres himnos que ya nunca volverían a faltar en el repertorio en directo del grupo ni en los típicos recopilatorios. Por supuesto, en las tres canciones se hablaba de amores, desamores, sexo, sexo y… sexo.
El resto de Ready an´Willing, pese a no contener títulos tan conocidos como el trío inicial mantenía un nivel altísimo. Blindman era una nueva versión del mismo tema que ya había aparecido en el primer disco de David en solitario. Y Carry Your Load era otro de esos medios tiempos que tan bien sonaban siempre. En la cara B figuraba la que es para mi la joya de la corona, ese Ain´t Gonna Cry No More que empezaba acústico y suave y derivaba al blues rock tras el primer estribillo. Una canción muy del estilo de Frankie Miller o Rod Stewart y que es una de mis favoritas de toda la carrera de la banda. Lover Man es un blues clasicote lleno de referencias sexuales y Black´n´Blue es uno de esos temas ideales para ser coreados cerveza en mano y con un piano honky tonk a cargo de un inspiradisimo Jon Lord y con una letra de David muy cachonda. She´s a Woman, compuesta a medias por Coverdale y Marsden era otro brillante tema blues rockero que servía de colofón y cierre a este discazo que sonará glorioso por mucho tiempo que pase. Ni un segundo de desperdicio. Ni una nota de relleno. Puro músculo. Con la brillante producción de la que solían hacer gala, se puede poner el vinilo original en pleno 2017 y sigue sonando extraordinariamente bien. La verdad es que hay que reconocerle a Birch el haber sabido extraer oro de los recursos del grupo. Y ahí está su trabajo para quien quiera escucharlo como prueba de lo que estoy diciendo.
Tras la publicación de Ready an´Willing llegaría el turno del doble en directo, prueba de fuego de toda banda rockera que se preciara en aquel momento. Coverdale, sabedor del momento dulce que la Serpiente atravesaba en 1980, decidió que era ese el mejor momento para plasmar en vinilo la intensidad del grupo sobre el escenario. Pero eso, y mucho más, es algo de lo que hablaremos dentro de unas semanas. Por lo de ahora, nos recrearemos una vez mas en maravillas como Lovehunter o Trouble y volveremos a hacerlas sonar a todas horas para que nos hagan la vida mas llevadera. Y en unas semanas, ¡volvemos a la carga!